La vida cambió. Pasamos de un apretón de manos a las videoconferencias, de pasear por los corredores de una tienda a la recogida a pie de calle. Y esta economía en la que prima lo digital se proyecta que alcance el billón de dólares, y eso únicamente en los Estados Unidos. Las relaciones significativas con los clientes son igual de importantes, aunque resulta más complicado establecerlas. Las marcas deben ofrecer experiencias del cliente puntuales, relevantes y de utilidad, experiencias que resulten satisfactorias y estén conectadas, no solo con el recorrido de su cliente, sino conectadas con sus vidas. Estas son las experiencias que generan confianza. La economía de hoy en día es digital. Y es la experiencia la que conecta a los clientes con su marca.